Época: Vida cotidiana
Inicio: Año 1492
Fin: Año 1600

Antecedente:
Vida cotidiana en la América del siglo XVI



Comentario

La mentalidad de los conquistadores no admitía el trabajo manual, pues pensaban que el largo viaje y las penalidades pasadas debían servir para abandonar una vida de pobreza y vivir al modo de los señores de tradición feudal que estaban presentes en la tradición española. Pronto se vio que la mano de obra indígena resultaba insuficiente, por cuanto los indios no estaban acostumbrados al trabajo bajo las condiciones que los españoles requerían. Además, la alta mortandad, producto de la conquista y las enfermedades, hacía que la mano de obra india resultase escasa.
Los primeros esclavos negros integraron el séquito de los conquistadores e incluso participaron en las batallas. Eran negros cristianizados, "ladinos", que hablaban castellanos y que incluso podían haber nacido en la Península, hijos de otros esclavos. Con todo, fueron cientos de miles más los que llegaron desde África, los llamados "bozales", cuyas condiciones especiales facilitaron el comercio esclavista. En primer lugar, se aclimataban fácilmente a las regiones de clima templado; además, tenían fama de ser dóciles y serviles y trabajadores fuertes; por último, la presión de la Iglesia y la Corona en contra de la explotación de los indios, a quienes se consideraba súbditos que debían ser cristianizados, hizo que se fijaran los ojos en las poblaciones africanas que ya desde siglos antes venían siendo cantera de mano de obra esclava. La existencia de comerciantes y cazadores de esclavos, muchos de ellos también negros, y la tradicional consideración del africano como un ser inferior impidió el surgimiento de escrúpulos incluso entre los más conspicuos defensores de los derechos de los nativos americanos, como Las Casas.

El comercio esclavista, que en América comenzó muy pocos después del descubrimiento, simplemente continuaba una actividad ya llevada a cabo ddesde siglos antes por comerciantes europeos, fundamentalmente genoveses establecidos en Sevilla. Con Carlos I, se enriquecieron flamencos y alemanes, mediante un asiento o contrato firmado con la Corona que fijaba la cantidad anula y el precio de venta. Los portugueses se especializaron en la caza de esclavos en su lugar de origen y en su transporte, habituados a las costas africanas y al trato con las poblaciones nativas.

Los esclavos negros procedían fundamentalmente de una franja situada entre Senegal y Angola. Las pequeñas islas situadas enfrente servían de base logística. La cantidad y procedencia de los esclavos negros varía según las épocas, pues las relaciones internacionales favorecían o perjudicaban las operaciones. Esta es la causa de la gran variedad de poblaciones que llegaron a América y de la diversidad actual.

Los grandes puertos a los que arribaban los barcos esclavistas fueron los de Veracruz (México) y Cartagena de Indias (Colombia), desde donde se distribuían al resto del continente. Por su parte, los puertos de origen eran fundamentalmente Sevilla, Lisboa o Canarias. Las embarcaciones usadas solían ser pequeñas y de poco calaje, para facilitar su llegada a los puertos africanos y poder remontar los ríos.

Para adquirir esclavos en África se usaban dos procedimientos: o bien se capturaban directamente, o bien se adquirían a un jefe indígena, quien vendía a prisioneros de guerra o a personas que habían contraído la esclavitud por deudas. Por este motivo, los negreros solían fomentar la guerra entre distintos pueblos.

Cuando se obtenían mediante negocio, a cambio se entregaban diversas mercaderías, como algodón, hierro, alcohol, armas, cuentas de vidrio, etc. A veces, conseguir un número suficiente de esclavos podía llevar un año, y las penosísimas condiciones del viaje hacía que sólo los más fuertes pudieran llegar sanos y salvos a los puertos americanos.